Visitantes desde el 10 de julio, 2010

martes, 24 de agosto de 2010

El extraño caso de la Pelícuas para Adultos

Hace tiempo, buscando en el cuartito de Mr. Movies, una franquicia de videoclubs dominicanos, me encontré una película que me llamó la atención: The Santo Domingo Connection. Solo para que no quede lugar a dudas, el cuartito de Mr. Movies es donde están las películas porno. Ejerciendo la sana curiosidad que siempre me ha caracterizado, me puse a buscar referencias en internet, y encontré un tráiler de la película. Cuando mis panas lo vieron, confirmaron que se veían vistas típicamente dominicanas, como la carretera Mella, o la ciudad colonial.

So far, so good. La cosa se puso chistosa cuando Alejandro dijo algo al efecto de “oh… pero yo estaba ahí, cuando filmaron esa película”. En ese momento, se hizo un silencio incómodo, y yo estaba a punto de pronunciar la primera ley de los chat rooms de internet (pics, or it didn’t happen), cuando Tico, se hizo portavoz de la inconformidad del grupo, y la puso en palabras con una genialidad que nunca hubiera podido igualar:

“Pero, Alejandro… yo creí que éramos amigos… ¿por qué no avisaste?”

Y entonces nos contó como él y Kenia, y creo que Freddy y Dolores, estaban cenando en Pat’e Palo, cuando descubrieron que en una de las mesas aledañas, a pesar de estar ocupada, no había comensales. Nunca pude obtener una descripción pormenorizada de los actos - algo así como empezaron con una felación para después pasar a un vaquera de espalda, y terminar con un ariete… no sé si por pudor de los testigos, o porque sólo yo conozco los términos técnicos del particular. Lo que si nos describieron fue el dispositivo de seguridad, en el que había varios niveles de interferencia, algunos fulanos que se encargaban de desviar a los meseros que se acercaban a ver si querían pedir algo, otros que se dedicaban a darle unos pesos a los niños que se acercaban a pedir limosna, y otros más que sencillamente le quitaban las cámaras a los más descarados. A lo mejor es por eso que nunca pudieron mostrar la tan solicitada evidencia documental.

Recordé esta anécdota hace poco que vi esta otra noticia. Recientemente atraparon a José Figueroa Agosto, alias Junior Cápsula. Un narcotraficante que podría ser Tony Montana de la vida real. En 1999, el señor Figueroa se escapó de una prisión boricua con una orden de liberación falsa. Y se fue a vivir a Santo Domingo, donde compró varias y muy variadas propiedades. Cuando las autoridades dominicanas allanaron una de sus residencias, encontraron 4 millones de dólares en un Mercedes Benz blindado. Después encontraron un par de Ferrari y animales en un zoológico.

El allanamiento original lo hicieron el año pasado. El señor Figueroa se les escapó en una Grand Cherokee. Como medida precautoria, arraigaron a la señora Sobeida Feliz, dueña del departamento. De 605 mil dólares. Que pagó en efectivo. En unos departamentos con gimnasio, sauna, alberca y helipuerto. Y a los vendedores no se le hizo raro que pagara en efectivo, porque no le encontraron ningún antecedente. Es de lo más normal, ¿o no? Tan es así, que no tuvieron ningún empacho en venderle otro más, en 592 mil dólares.
En fin. Después de que la trancaron, como dicen mis panas, le dieron libertad bajo fianza, y como la señora no tenía nada que ocultar, pos un buen día desapareció. Así nomás. Casi después de un año del allanamiento original, en un dispositivo digno de película de Bruce Willis, los capturaron en San Juan de Puerto Rico. Y no dejó de correr la tinta, describiendo los pormenores de la captura. Por ejemplo, nos informan que la señora Feliz llegó a la cárcel con una bolsa –ejem, cartera- Luis Vuitton. O nos muestran fotos de la señora con casco y chaleco antibalas que me quedarían grandes a mí. Panem et circum. Aunque, como están las cosas, más circum que panem.

Pero… todo esto viene a colación del tema original de este post porque, entre las cosas que encontraron en las propiedades incautadas hay un video en el que aparece el Señor Figueroa Agosto refocilándose con varias mujeres, entre las que figura la arriba mencionada Sobeida Feliz, Mary Peláez y otras más. Si yo fuera el tipo de gente que busca videos gonzo de narcotraficantes –perdón, presuntos narcotraficantes- reconciliando el débito conyugal con sus novias, pondría un link como el que está aquí abajo.


O, fotos como las que se ven a continuación…


De alguna manera, el video se filtró a la calle. Y según este artículo de Time, es el más solicitado entre los vendedores de películas piratas. Eso ya es, digamos, sorprendente. Pero, según el Diario Libre, esa atalaya del periodismo serio de la República Dominicana, ese video está protegido por las leyes del derecho de autor – y van a defender esas leyes a capa y espada, para evitar que… ¿José Figueroa pierda regalías por su actuación especialmente dedicada? o ¿para evitar el daño moral a la buena reputación de Junior Cápsula? Especialmente si el video nunca fue valorado como prueba. Digo… ¿cómo para que andar persiguiendo paterfamilias que sólo quieren ganarse el pan honestamente, con el sudor del culo ajeno?
De verdad que si quisiera, no podría inventarme una historia así.

Ya para terminar ¿qué sería de mi blog si no incluyo la viñeta en la que me imagino cómo fue que el video llegó a la calle? Todo empieza en el cuartel de la Dirección Nacional del Control de Drogas.

-¡Dímelo San Pedro, en que tu ta?
-No, en ná… muchacho, ¿ya viste esta vaina? Mira ese verdugo de Junior Cápsula… se hacía videos rapando con Sobeida.
-¿¡Tú ere loco!? ¿Eh veldá?
-Mira a ver…
Y los dos sagaces servidores públicos se pusieron a investigar el ¿corpus delicto?
-Diablos… tu tá viendo… mira, tremenda diablona…
-Cooooooooño… pero, ese tiguere sí que sabía escogerlas…
-Willy… ¿Qué tu hace? ¿Revisando el radar para que no se meta una yola con droga? Coño, muchacho, ¡no seas pariguayo! Deja esa vaina, que ya son las tres… ya tu sabe que a esta hora los yoleros están en su yaniqueque. Trae la laitó para que me hagas una copia de este video… se lo voy a mandar a mi primo que trabaja en Codetel. Ese bacano si es un enfermo de esto…

Y el resto, como dice el cliché, es historia.

No hay comentarios.: